Las canchas vacías pasaron a estar abarrotadas y a tener espectadores de lujo procedentes del mundo del cine como Jack Nicholson (hincha de los Lakers) o Woody Allen (un habitual en los partidos de los New York Knicks en el Madison Square Garden) y el fenómeno de la NBA traspasó las fronteras norteamericanas, provocando que los aficionados europeos al baloncesto trasnocharan para seguir a los mejores jugadores del mundo. Tan sólo una temporada necesitó Magic Johnson para lograr el primero de los cinco títulos que conseguiría con Lakers en los ochenta. Tras la llegada de Johnson y Bird, fueron incorporándose a la liga durante los ochenta otros jugadores que mantuvieron e incluso aumentaron la popularidad de la NBA durante el final de la década y la totalidad de la siguiente. El pívot jamaicano Patrick Ewing fue el principal baluarte de estos Knicks durante los ’90 y aunque se convirtió en un habitual del All Star prácticamente desde su llegada a la liga en 1985, no pudo culminar su carera con el ansiado título de la NBA. La tiranía de los Bulls provocó que muchos de los grandes jugadores drafteados durante los ochenta se retiraran sin conseguir el título de campeón.
Junto a Bird, llegaron a Boston dos jugadores interiores que se convirtieron en sus mejores escuderos, Robert Parish y Kevin McHale, y a su lado desarrolló todo su potencial y demostró ser uno de los jugadores más completos que han practicado este deporte. Este es el caso de Charles Barkley, que llegó a la liga en 1984 con Jordan y que se retiró sin anillo en el año 2000. Barkley recaló en unos Sixers en decadencia tras su victoria en 1983, y a pesar de protagonizar grandes actuaciones en playoffs, no pudo llevar a los de Philadelphia a las Finales. Este acto constituye la mayor donación que ha recibido en su historia dicha universidad. Sin lugar a dudas, una de las camisetas más bonitas y originales de la historia de la NBA. También fue incluido en el 2º quinteto de la NBA. Sí lo consiguió con los Phoenix Suns en 1993, en la que era su primera temporada en la franquicia de Arizona y tras la cuál fue galardonado con el MVP de la NBA. El aro de la canasta está situado a una altura de 3,05 m y debe tener un diámetro de 45 cm; sujeta por doce bucles del aro, pende una red cuyo diámetro disminuye gradualmente, utilizada para que el balón no salga a gran velocidad tras un enceste.
En mas de dos décadas, la franquicia no ha superado sus camisetas moradas de los años 90 con rojo, negro y gris, con un raptor rugiendo y botando un balón. En 1986 los Celtics derrotaron a los Rockets en seis partidos y fulminaron el sueño de la franquicia texana, que buscaba su primer anillo. El considerado por los expertos como el mejor jugador que ha pisado nunca una cancha de baloncesto, guió a la franquicia de Illinois a seis títulos de la NBA entre 1991 y 1998, acompañado por Phil Jackson en el banquillo y de un guardaespaldas de lujo como Scottie Pippen. Mientras el base de Washington era el que dirigía el equipo (Stockton continúa siendo el líder histórico en asistencias de la NBA), Malone ejecutaba desde casi cualquier lugar dentro de la zona de tres puntos, convirtiéndose así en el segundo máximo anotador de la liga tras todo un mito como Kareem Abdul-Jabbar. El pívot nigeriano, que en sus primeros años en la liga formó una imparable pareja en la pintura con Ralph Sampson conocida como Las Torres Gemelas, ya sabía lo que era disputar unas Finales de la NBA.
En 1948 el pasaron a la BAA y eliminaron el Zollner, quedándose como los Fort Wayne Pistons. Algo similar le ocurría a varios de los miembros de su plantilla como Bill Lambeer o Dennis Rodman, lo que convirtió a estos Pistons en protagonistas de peleas y trifulcas en casi todas las canchas de Estados Unidos y les valió para que se ganaran el sobrenombre de los Bad Boys. Jugadores como James Worthy o Byron Scott completaban esta plantilla legendaria. Ocho años después, ya sin Sampson y con una plantilla con jóvenes talentos como Robert Horry o Sam Casell, los Rockets se llevaron el título ante los New York Knicks en siete partidos con Olajuwon como MVP. El resultado, una plantilla que dominó con mano de hierro la liga hasta el segundo adiós de Jordan en el verano del ’98. Liderados por Clyde Drexler, uno de los grandes anotadores exteriores de la liga en los ochenta y los noventa, se toparon en las Finales primero con los Bad Boys en 1990 y dos años después con los Bulls de Jordan y Pippen. La camiseta de Clyde Drexler, desde 87,78 euros.