Ello permite a las firmas bajar los precios en los puntos de venta hasta niveles que, de tener que cargar con los costes de los salarios, los impuestos y las condiciones de seguridad laboral del primer mundo, camiseta lakers no resultarían «competitivos». Por otro lado, los consumidores occidentales demandan, obviamente, ropa barata, y son muy pocos los que que, especialmente en estos tiempos de crisis, camisetas baloncesto están dispuestos a pagar más o a mirar la etiqueta de una chaqueta antes de comprarla.